El objetivo del mantenimiento predictivo es, en primer lugar, predecir cuándo puede producirse un fallo en el equipo y, en segundo lugar, impedir la aparición de dicho fallo a través de la realización de tareas de mantenimiento.
Mediante una supervisión de los sistemas para pronosticar cuándo se producirá un fallo, es posible planificar el mantenimiento antes de que este aparezca. En situaciones ideales, el mantenimiento predictivo permite efectuar tareas de mantenimiento con la menor frecuencia posible para no tener que llevar a cabo un mantenimiento reactivo no planificado, sin tener que incurrir en costes asociados a la realización de demasiadas tareas de mantenimiento preventivo.
Los fallos se pueden predecir mediante muchas técnicas distintas. La técnica elegida debe ser eficaz para predecir los fallos y también debe aportar las advertencias con el tiempo suficiente para poder planificar el mantenimiento. Algunas técnicas consisten en el análisis de las vibraciones, el análisis de aceites, la adquisición de imágenes térmicas o la observación de los equipos.
Cuando el mantenimiento predictivo funciona adecuadamente como estrategia, las tareas de mantenimiento solo se llevan a cabo cuando las máquinas lo necesitan. Es decir, justo antes de que pueda producirse un fallo. Este tipo de mantenimiento permite ahorrar ciertos costes gracias a que se dan las siguientes situaciones:
Algunas técnicas de supervisión de la condición de los equipos son caras y hay que contar con especialistas y personal experto para que el análisis de los datos sea eficaz.